El dinosaurio es de bizcocho de yogur relleno de nocilla (un clásico para los niños con el que se suele acertar).
La tarta Sacher lleva un bizcocho de chocolate bañado con almíbar de kirsh y el relleno es de mermelada de frambuesa (esta tarta se suele hacer también con mermelada de albaricoque o melocotón y yo personalmente os recomiendo que probéis a hacerla con mermelada de naranja, está buenísima).
Y lo que no cuenta nuestra hada es la cara de sorpresa y felicidad que se le quedó al niño cuando encontró al dinosaurio-dragón en el lugar que debiera haber ocupado el otro pedazo de tarda... Impagable.
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